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sábado, 23 de marzo de 2019

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El mejor sustituto del azúcar: el agua

El mejor sustituto del azúcar: el agua

Una revisión exhaustiva de 56 investigaciones revela unos efectos muy modestos de los edulcorantes sobre la salud

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Sustituir el azúcar por edulcorantes no parece servir de gran cosa.
Algo está llamado a cambiar cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) emita a finales de este año sus recomendaciones sobre el uso de edulcorantes alimentarios. Estos productos están viviendo tiempos de bonanza económica, debido sobre todo a que los niños que los consumen se han triplicado en las últimas dos décadas (datos de Estados Unidos), a rebufo de las evidencias que asocian el azúcar con el sobrepeso, la obesidad, la enfermedad metabólica y de ahí a la diabetes de tipo 2 y los riesgos cardiovasculares. Hay muy sólidas razones para reducir el consumo de azúcar, y eso ha disparado la venta de alimentos y refrescos con sacarina, aspartamo, estevia, advantamo o cualquier otro edulcorante artificial de la docena disponible en el catálogo. Los refrescos cero, o cero cero, que sustituyen el azúcar por una combinación de edulcorantes que apenas tiene calorías, están viviendo su edad de oro en los países occidentales. Tal vez, sin embargo, las cosas cambien en 12 meses, cuando la OMS se pronuncie, como puedes leer en Materia.
De momento, la OMS ha encargado a un grupo de científicos una revisión exhaustiva de las 56 investigaciones que se han hecho sobre los efectos de los edulcorantes sobre la salud, a veces en comparación con el azúcar, otras en comparación con placebo. Y los efectos son muy modestos. Es cierto que hay una pequeña reducción de peso, de poco más de un kilo en promedio, posiblemente relacionada con el abandono del azúcar, aunque ni siquiera está claro que ese adelgazamiento sea estable a largo plazo. También hay una ligera reducción de la presión arterial, aunque solo en adultos con sobrepeso. Los fabricantes de edulcorantes se han apresurado a destacar estos efectos. Pero las cuestiones esenciales –glucosa en sangre, caries, cáncer, enfermedades hepáticas, conducta alimentaria— no muestran un impacto significativo al sustituir el azúcar por edulcorantes. Con estos mimbres, parece poco probable que la OMS vaya a recomendar el uso de estos productos. Los expertos, de todos modos, resaltan que se necesitan más estudios antes de emitir un dictamen concluyente.
Esto no quiere decir, de ningún modo, que haya que volver al azúcar. La recomendación de reducir la ingesta de azúcar se basa en datos muy sólidos. Lo que ocurre es que sustituirla por edulcorantes, como en las bebidas cero, no parece servir de gran cosa. El mejor sustituto de los refrescos azucarados no es otro que el agua.
El resultado de estas investigaciones es en cierto modo sorprendente. Si los edulcorantes no tienen efectos negativos sobre la salud, como parece, la mera reducción del consumo de azúcar que comporta su uso debería tener seguramente un efecto positivo claro. Pero no es así, y ello se puede deber a una diversidad de factores. Los microbios que viven en el intestino, por ejemplo, cambian sus porcentajes relativos en respuesta a la dieta, y tal vez los edulcorantes afecten a esa flora intestinal de modo que compense los efectos beneficiosos de la reducción de calorías. También el cerebro puede contener una clave, pues los edulcorantes y el azúcar no tienen el mismo efecto sobre las regiones cerebrales que gestionan el placer, la recompensa y las demandas energéticas.
A fin de año veremos. Entretanto, beba agua

"El trabajo está matando a la gente y a nadie le importa"

"El trabajo está matando a la gente y a nadie le importa"

Jeffrey Pfeffer
Image captionJeffrey Pfeffer, profesor de la Universidad de Stanford, es autor del libro "Muriendo por un salario".
Cuando Jeffrey Pfeffer afirma que "el trabajo está matando a la gente y a nadie le importa", no lo dice en un sentido metafórico.
Lo dice tal cual, con todas sus letras, basándose en las investigaciones que ha realizado durante décadas, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.
Pfeffer, profesor de la Escuela de Postgrado de Negocios de la Universidad de Stanford y autor o coautor de 15 libros en el campo de la teoría organizacional y el manejo de recursos humanos, argumenta en su último libro, "Muriendo por un salario" (Dying for a paycheck, en inglés), que el sistema de trabajo actual enferma e incluso termina con la vida de las personas.
En él relata el caso de Kenji Hamada, un hombre de 42 años que murió de un ataque al corazón en su escritorio en Tokio. Trabajaba 75 horas a la semana y demoraba cerca de dos horas en llegar a la oficina.
Justo antes de su muerte, había trabajado 40 días seguidos sin parar y su viuda declaró que Kenji estaba excesivamente estresado.
Ese es solo uno de muchos ejemplos incluidos en la publicación, donde el autor pone en contexto los efectos de un sistema de trabajo que en ocasiones se torna "inhumano" por la excesiva carga laboral.
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Según la evidencia recopilada por Pfeffer, en Estados Unidos, el 61% de los empleados considera que el estrés los ha enfermado y el 7% asegura haber sido hospitalizado por causas relacionadas con el trabajo.
De hecho, sus estimaciones apuntan a que el estrés está relacionado con la muerte anual de 120.000 trabajadores estadounidenses.
Y desde un punto de vista económico, destaca el académico, el estrés tiene un costo para los empleadores de más de US$300.000 millones al año en ese país.
En BBC Mundo hablamos con él.
Línea
En su libro usted menciona que existe un sistema laboral tóxico que está matando a la gente. ¿Qué evidencia tiene al respecto y cómo el trabajo moderno afecta a los empleados?
Existe evidencia de sus efectos sobre la salud. Las largas jornadas laborales, los despidos, la falta de seguro médico, el estrés provocan una enorme inseguridad económica, conflictos familiares y enfermedades.
El trabajo se ha vuelto inhumano. Por una lado las empresas, de una manera fundamental, se han desentendido de la responsabilidad que tienen con sus empleados.
Pero también ocurre que así como crece la "economía gig" (de trabajadores independendientes), también crece la inseguridad laboral.
¿Quién es responsable de este fenómeno?
Si piensas en los años 50 o los 60, los directivos decían que era necesario equilibrar los intereses de los empleados, los clientes, los accionistas. Ahora todo está centrado en los accionistas.
EsqueletoDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionPfeffer dice que el estrés está relacionado con la muerte de 120.000 trabajadores estadounidenses al año.
En los bancos de inversión, por ejemplo, hay una práctica muy generalizada bajo la cual trabajas, vas a tu casa a darte una ducha y regresas a la oficina.
Bajo ese sistema, muchos empleados se vuelven drogadictos, porque terminan consumiendo cocaína y otras drogas para mantenerse despiertos.
Aunque el fenómeno que usted describe sería transversal, ¿hay ciertos sectores más afectados?
Un empleado de una fábrica, un piloto de avión, un conductor de camión, tiene un límite máximo de horas que puede trabajar.
Pero irónicamente, en muchas de las profesiones no hay límites.
En el caso de Estados Unidos, usted ha escrito que el lugar de trabajo es la quinta causa de muerte en Estados Unidos
Al menos la quinta causa, quizás más.
¿Y quién se hace cargo de esas muertes?
Los empleadores son responsables y los gobiernos son responsables por no hacer nada al respecto.
EnfermeraDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl 61% de los empleados en Estados Unidos considera que el estrés los ha enfermado.
¿Entonces qué papel juega la política en todo esto?
Tiene un rol enorme. Tenemos que hacer algo para detener esto. Pero no seremos capaces de hacer nada a un nivel individual.
Si quieres resolver el problema de manera sistémica, se requiere una intervención sistémica que debe provenir de algún tipo de regulación.
¿Cómo reaccionan los directivos de empresas cuando usted conversa con ellos?
Nadie argumenta que los datos no son correctos, porque los datos son bastante abrumadores. Pero esto es como el juego de la "papa caliente": la gente ve el problema, pero nadie quiere hacerse cargo.
De hecho, los costos de salud son enormes. Las condiciones de trabajo causan enfermedades crónicas como diabetes o problemas cardiovasculares.
Pero también hablando de costos, las empresas pueden replicar que hacer cambios al sistema de trabajo afectará las ganancias corporativas
Es que eso no es verdad. Sabemos que la gente estresada tiene una mayor probabilidad de renunciar. Sabemos que los empleados enfermos -psicológica o físicamente enfermos- son menos productivos.
Sabemos, por estudios realizados en Estados Unidos y en el Reino Unido, que sobre el 50% de todos los días laborales perdidos por ausentismo están relacionados con el estrés laboral.
Hombre abrumadoDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl estrés tiene un costo para los empleadores de más de US$300.000 millones al año en Estados Unidos, según Pfeffer.
El Instituto Estadounidense del Estrés calcula que el costo anual es de US$300.000 millones al año.
Entonces es muy caro tener trabajadores enfermos o empleados que van a trabajar, pero con bajo rendimiento. Esto le cuesta a las empresas una fortuna.
Desde el lado de los trabajadores, usted ha escrito que las personas deberían cuidarse a sí mismas. Pero si un empleado reclama por mejores condiciones laborales, es muy probable que termine despedido. ¿Cómo se pueden cambiar las condiciones de trabajo?
Primero, los empleados tienen que asumir la responsabilidad de cuidar su propia salud.
Si vas a trabajar a un lugar donde no te permiten equilibrar tu vida laboral y tu vida familiar, tienes que irte.
Entonces la gente contesta: "No me puedo ir". Y yo digo: "Si estás en una sala y esa sala está llena de humo, intentarás salir de ahí, porque las consecuencias para tu salud serán muy severas".
Lo otro es que la gente tiene que presionar para que existan leyes y actuar colectivamente para protegerse, porque también hay costos para la sociedad.

Por qué hacer ejercicios cardiovasculares es bueno para tu salud mental


Según un estudio, hacer deporte aeróbico aumenta el tamaño del hipocampo, responsable del aprendizaje y la memoria verbal.

ejercicios cardiovasculares beneficios para la salud mental
SANJERIGETTY IMAGES
Que los beneficios del deporte no solo se reflejan en nuestro físico, lo sabemos de sobra. Hacer ejercicio asiduamente ayuda a la salud general pero también a la mental. De hecho, un estudio reciente asegura que practicar ejercicio aeróbico con regularidad puede aumentar el tamaño del hipocampo, la parte del cerebro responsable del aprendizaje y la memoria verbal. O lo que es lo mismo, mejora la capacidad para concentrarte. De ahí que recomienden hacer ejercicio cardiovascular a primera hora del día.
Es más, la investigación apunta que el baile aporta más beneficios que el running o la bicicleta elíptica. Como recogen los autores del estudio, la danza no solo aumenta el volumen del hipocampo, sino que también aumenta las regiones del cerebro relacionadas con la neuroplasticidad. Lo que se traduce en una mayor capacidad neuronal para cambiar el comportamiento según la estimulación sensorial o la información que recibe el cerebro. Así que una clase de zumba antes de empezar la jornada puede ser la mejor terapia para tu salud.
beneficios zumba 
VGAJICGETTY IMAGES

OTROS BENEFICIOS DEL DEPORTE SOBRE EL CEREBRO

La ventaja más conocida del ejercicio físico sobre la salud mental es que, según algunos estudios, podría ser uno de los tratamientos más efectivos contra la depresión. Esto se debería por la producción serotonina, un neurotransmisor que influye en la ansiedad y la felicidad, y que aumenta conforme hacemos ejercicio.
Otras investigaciones han demostrado que el entrenamiento de resistencia puede mejorar el enfoque y la función cognitiva en tan solo una o dos sesiones de rutinas con peso corporal, aparatos de gimnasia y bandas elásticas. Y la ciencia afirma que el yogaes la disciplina deportiva más efectiva para acabar con el estrés. Según un estudioreciente, conectar la respiración con los asanas ayuda a mejorar la capacidad de atención y por tanto, reducir los niveles de estrés. Así que déjate de rabos de pasa y otros métodos de abuela para mejorar las capacidades de tu cerebro y dale más intensidad a tus entrenamientos.